Wednesday, August 23, 2006

Prostitución en la Amazonia Peruana - Experiencia Escolar


Escritores como Mario Vargas LLosa, u diversos reportajes hechos en Iquitos describen un escenario exotico y atrayente del negocio del sexo en Iquitos. Muy contrario a todo ello, es una situación lamentable, catalizado por los altos niveles de pobreza y explotacion de seres humanos en Loreto.

En realidad uno de los temas que más nos apena de nuestra ciudad, es el flajelo de la prostitucion, la prostitucion existe aca y en la China, e Iquitos, reporta cifras similares a otras ciudades del Peru, sin embargo la situacion precaria y de miseria de sobretodo señoras que llevan el unico sustento a su familia a través de esta actividad. En este posteo describire una experiencia surgida a partir de un trabajo de 5to año, en mi colegio Rosa Agustina.

Me pedian hacer una monografia en el tema, y bueno fueron mis inicios como investigador social en el cole.
Nos tocó visitar la llamada “carapa” de Masusa, el prostibulo de San Juan, la plaza de Armas, un hostal de Punchana, el puerto de Belén (zona baja). Entrevistamos 2 prostitutas por lugar (aunque en los últimos dos sitios no se pudo completar la entrevista a una prostituta). En el caso de masusa y el puerto de Belén todas eran madres solteras que trabajaban exclusivamente para mantener a sus hijos. Sus edades sobrepasaban los 30 años, y mayormente sus clientes estaban vinculados con trabajos del mercado (chaucheros, regatones, borrachos, drogadictos, etc), la remuneración por cada servicio era infima, sobre todo en Masusa, a menos de un dólar. En el caso de los otros 3 lugares, encontramos algunas menores de edad, la mayoría prostitutas sin hijos, cuya principal objetivo económico es subsistir, satisfacer vanidades de mujer y diversión (incluida drogas), sus clientes van desde adolescentes hasta personas mayores de diversa condición social, sus ingreso por servicio va desde 3 dólares hasta 25 dólares (sin entrar en la rebaja). Todas reconocieron la preferencia de los clientes por las mujeres más jóvenes y que dejarían el negocio si tuvieran otra opción económica más simple. Respecto a la educación, en las prostitutas mayores de 30 años se encontró varios casos de analfabetismo; de las otras, ninguna terminó la secundaria.

Cuando hacíamos el trabajo utilizábamos como sustento que este era un tarea universitaria, dijimos que estábamos estudiando Enfermería en la UNAP, y que necesitábamos aprobar el ciclo. Casi siempre encontramos ambientes hostiles hacia nosotros, por parte de proxenetas y las prostitutas. La mayoría de ellas no nos permitió entrevistarlas utilizando la videocámara, aunque recuerdo que en la “carapa” de Masusa hubo una señora mayor de 40 años que nos prestó todas las facilidades; contestó de forma amable todas las preguntas, aunque al despedirnos solo nos pidió una cosa (nunca olvidare las palabras de esta mujer): “jóvenes para mí, solo hay algo importante en esta vida, solo espero que mis hijos no se enteren del testimonio que les di, pues ellos no saben en que realmente trabajo, y lo hago con la frente en alta, para su educación”, yo le respondí: “no se preocupe señora, que este video solo será visto en nuestras aulas”, a lo que ella respondió: “esta bien, pues mis 2 hijos estudian en el colegio xxxxxxx, en la mañana, el mayor está tercero y el menor sexto de primaria”, cuando escuché esas palabras, un escalofrío recorrió mi cuerpo, este colegio era mi mismo colegio, sentí que a cualquiera de nosotros nos podía estar pasando, sin querer ahí sentado, encima de esos desechos de troncos de madera de aserraderos (que también eran usados como camas para las servicios sexuales), me entraron la ganas de mandar todo al tacho, por primera vez, me sentí sumergido en la vida real, en la realidad agobiante que azota a mucha gente sumergida en la pobreza.

Hay sensaciones o sentimientos que muchos de nosotros nunca experimentaremos. En el negocio de la prostitución, no solamente son flagelados las prostitutas, su entorno familiar es el que recibe golpes muchos mas fuertes, sobretodo en el caso de los hijos. Recuerdo a una amiga de la secundaria, muy sociable y estudiosa, aunque a veces tenia rostro triste y preocupada, a la que muchos chicos del colegio hacíamos lo imposible por visitarla en casa, era increíble la forma de evasión o salidas que tenía para que nadie se acerque a su morada. Nunca daba información acerca de su casa familia o de su mamá; sus padres nunca visitaban el colegio, ni para recoger sus notas, ni para participar de actividades de padres. A los años cuando al final nos enteramos en que barrio vivía, es que pudimos conocer que su madre trabajaba en uno de los prostibulos de San Juan. Lo penoso es que al año siguiente repitió el año y al próximo no volvimos a saber de ella, hace poco conversé a su vecino, y me dijo que probablemente ella corrió la misma suerte, y que esta trabajando en Lima. Aunque es lamentable la forma de pensar de la gente común acerca de las prostitutas, pues me tocó oír cada aberración acerca de mi amiga, por el sencillo hecho que su mamá era conocida en uno de los prostibulos de San Juan; me tocó percibir el sentido machista vulgar mostrado exponencialmente, donde a mi amiga era convertida un asqueroso ser viviente puesto en el suelo para ser usado como un objeto sexual.