Thursday, November 29, 2007

Vuelve el Perro del Hortelano disminuido y confundido


Cuando leí la primera parte del Perro del Hortelano, escrito supuestamente por el Presidente Alan García (Ver nota 1), no podía creer las propuestas que planteaba nuestro jefe de Estado. Me sorprendió considerablemente su escaso conocimiento del 60% del territorio peruano que precisamente ocupa la Amazonía. En mis años infantiles de su primer gobierno, no entendía nada de economía, pero si comprendía lo desastroso que era vivir en el país, por las largas colas para comprar alimentos, por los paquetazos y el desorden general del que estaba impregnada la vida en el país. Digamos que las decisiones de nuestro gobernante las sentí directamente en el estómago.

Increíblemente Alan García logró regresar al Perú y nuevamente instalarse en el Palacio de Pizarro. Sin embargo es contradictorio hacer campaña con los planteamientos históricos apristas y gobernar de una forma tan liberal. La primera parte del Perro del Hortelano se aleja considerablemente de lo que los mismos apristas llamarían "justicia social", pues aunque ellos lo nieguen, la misma gente que vive a lado de los recursos naturales, son los peruanos que necesitan mayor "justicia social" y ellos en el Perú se cuentan por miles. Sobre todo en la Amazonía y los andes, nuestros compatriotas tienen niveles de vida del siglo XIX, viviendo en pleno siglo XXI. Estos miles de peruanos encima de vivir excluidos sin acceso a educación, salud, justicia, ahora son vistos por el gobierno como Perros del Hortelano, por no aceptar las posturas bruscas de imposición que asume el estado.

De acuerdo a mi análisis los dos artículos del Perro del Hortelano son diferentes, muy escasamente complementarios, pues en el primero el autor se muestra extremadamente vendedor de recursos e intolerante, en el segundo se ocupa casi exclusivamente de la funcionalidad del aparato estatal, hace autocríticas y es un tanto conciliador, propone convertir a las instituciones del estado en eficientes proveedores de servicios para el ciudadano común.

Esto último es una súplica nacional, y estas propuestas han sido expuestas anteriormente por el gobierno. El Presidente sabe que humanizando el aparato estatal, se traerá al bolsillo a buen sector del ciudadano común. Pues el grado de insatisfacción de los peruanos sobre los servicios de la ventanilla de Estado es altísimo. Pues para mí y muchos peruanos resulta desagradable acudir a hospitales del estado, lo mismo pasa en los municipios, universidades, comisarías, Gobiernos Regionales, Banco de la Nación, y otras dependencias del Estado. El funcionario público se considera poderoso, y a nosotros no nos queda otra opción, su salario es generado a partir del pago de nuestros impuestos, y cuando hacen su trabajo creen que están haciendo un favor a los solicitantes. Si quieres agilizar los trámites, debes mandar la gaseosa o el rico cevichito, esto pasa acá en Iquitos y en todo el Perú.

Para combatir ello, Alan García propone impulsar la meritocracia y optimizar los procesos de Estado. Consideramos que ambas medidas son aciertos, el problema radica en ¿cómo le pondremos el cascabel al gato?, pues se habla de optimizar los procesos, pero no se habla de lograr una descentralización efectiva, sin ello sólo se logrará remover el contexto burocrático nacional. Me es complicado imaginarme ¿cómo se va aplicar meritocracia en el estado? Si por ejemplo en las municipalidades, los alcaldes inundan los puestos de funcionarios, con miembros de su partido que lo apoyaron en campaña, y mayormente ellos no conocen nada de la función municipal, no conocen el concepto de "servidores del Estado", además existen casos donde no tienen la mínima formación profesional. Por otro lado, los miembros de los partidos o movimientos políticos perciben como obligación de los candidatos electos el acceso a puestos de trabajo en el aparato estatal.

Durante el anterior gobierno municipal de Maynas, escuché en la radio a miembros del partido aprista que exigían su derecho a un puesto de trabajo en la municipalidad, a partir de que ellos eran miembros antiguos del partido aprista. La vehemencia de sus reclamos me hizo percibir que ellos lo veían como un derecho legal. Algo parecido leí hace poco en algunos diarios locales, donde mencionan la invasión aprista de Electroriente, o en el pasado, en pleno gobierno de Toledo la refinería de Iquitos fue invadida por trabajadores de origen andino, dejando a lado a los trabajadores locales. Este tipo de situaciones es de práctica generalizada en todo el Perú, y muy frecuente en el partido de gobierno. Esa es la realidad ¿Cómo aplicaremos la meritocracia?. Si es muy fuerte el llamado “tarjetazo”.


Respecto a la Amazonía, este segundo artículo incluyó el siguiente ítem:

Abrir a la producción y al trabajo las áreas sin uso que tiene el país. Esto exige una gran reflexión de los ciudadanos para dejar atrás los prejuicios ideológicos.

Donde comentaremos los párrafos A Y B

A. En los 8 millones de hectáreas que han sido destruidas debe establecerse ya la propiedad en grandes lotes, para que empresas modernas y fondos de inversión trabajen a largo plazo en madera de alto valor y en bambú, que es un producto extraordinario. Sobre este tema se presentó el proyecto de ley 840-2006, que está detenido, bloqueando la creación de cientos de miles de empleos, mientras los madereros informales y los cultivos ilegales continúan destruyendo la selva. Esto nos es difícil de entender, pero una inversión que requiere diez años de espera y tecnología de alto costo, requiere seguridad y gran dimensión para ser rentable y reconstruir el medio ambiente.

Comentario:
El Presidente debería conseguirse asesores que conozcan de cerca la realidad amazónica, es cierto que aproximadamente existen 8 millones de hectáreas deforestadas. Pero nos gustaría que el Presidente revise al milímetro el mapa de deforestación, investigue las causas, los lugares, y se imagine ¿cómo intervendrían las empresas reforestadoras?. Es ilógico pensar que alguna empresa va invertir en reforestación, pues las áreas deforestadas, cuyo mayores porcentajes provienen de la agricultura migratoria, están ubicadas de forma dispersa, tienen diversos tamaños y formas, de un buen porcentaje no se tiene las ubicaciones exactas, algunas pueden estar en zonas de protección, al fondo del valle, a media ladera, junto a las carreteras y ciudades, en la rivera o en la loma. El presidente habla de 8 millones de hectáreas pero de seguro no se imagina el estado, la accesibilidad y las formas de ese conjunto de hectáreas.



B. En las restingas. Cada año, al reducirse los ríos de la selva, aparecen las playas o restingas, una tierra de nadie pero con humedad y fertilizantes traídos por los ríos desde los Andes. Son aproximadamente dos millones de hectáreas que el Estado debería otorgar por venta o alquiler en lotes de gran dimensión para el cultivo del arroz, que está salinizando las tierras de la costa. Pero nadie va a la selva porque no existe la propiedad o el derecho a cultivar las restingas. Para ello, presentaremos un proyecto de ley.
Comentario:
Esta propuesta nos ha parecido absolutamente ilógica, pues consideramos corto el conocimiento de lo que realmente es una Restinga, es cierto que en temporada de vaciante, nuestros compatriotas ribereños usan las playas para realizar sus sembríos. Sin embargo, es imposible predecir la ubicación y extensión de las playas, así como el tiempo que no estará inundada. El clima y la geomorfología del territorio amazónico es cambiante, los ríos suben o bajan su nivel, llueve o hace calor de forma inesperada, no sabemos si el próximo año la playa saldrá en la orilla del río o en medio río, o quien sabe si este año el Amazonas rompe su curso y regresa a Iquitos. Entonces surge la pregunta ¿alguien se animará a invertir en agricultura, sin conocer la extensión, el tiempo ni la ubicación de su terreno?. Lo peor está en lo que pasará con nuestras poblaciones que usan las playas para sus actividades de subsistencia, ¿adonde irán todos ellos? ¿los emplearían las empresas?. Vamos a insistir en este tema, pues las estadísticas nos dicen que cada vez que se entrega en concesión nuestros recursos, las poblaciones son las más afectadas.

Por otro lado esta comprobado que las playas son alternativas para la agricultura en la selva baja, sin embargo, naturalmente no se comparan en absoluto a la capacidad para la agricultura que hay en otras regiones. Ello de ninguna manera permitirá realizar agricultura a gran escala, como se necesita para exportar, apenas alcanza para subsistir.


Espero que los asesores del Presidente revisen los reportes hidrográficos del Sistema de Información Forestal de la Amazonía Peruana (www.siforestal.org.pe), donde existe un sistema de monitoreo de la altura sobre el nivel del mar, de las aguas de los principales ríos de Loreto: Amazonas, Marañon, Ucayali, Nanay y Huallaga. El SIFORESTAL hace un seguimiento diario y presenta reportes mensuales, en los que se puede apreciar la variabilidad de los niveles de las aguas. Sin duda creo que deben revisarlo.




Nota 1:
En el blog http://www.elfondodelvaso.com/, encontre los siguiente:

Alan García no escribió ni una coma. En realidad, según nuestras fuentes, los dos artículos habrían sido redactados por un equipo de personajes liderados por Javier “Pocho” Tantaleán, quien fuera jefe del Instituto Nacional de Planificación durante el primer gobierno de la estrella de Alfonso Ugarte y coordinador académico del Instituto de Gobierno de la Universidad San Martín de Porres.

Según notas del mismo blog, lo que buscan estos artículos, es generar cortinas de humo, para olvidarnos de la realidad política del país, espero que no nos seguemos.

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