Wednesday, January 02, 2008

¿Nos Beneficiará Realmente el TLC con Estados Unidos?


El final de este año el Perú, tuvo como hecho coyuntural la aprobación del un Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, el ya popularizado TLC. El sector estatal lo presenta como el logro más importante en lo que va de su gestión, la prensa y buen sector de la población lo aplaude y centra en él, sus esperanzas de prosperidad y desarrollo. Sin embargo al margen de cualquier triunfalismo, pesimismo o mala Fé, es necesario analizar los pros y contras, no con el ánimo de oponerse al tratado sino con la finalidad de tener presente desde ya posibles aspectos favorables y sus consecuencias, con la finalidad de tener información base para que en el futuro se pueda discutir sobre el tema.

Para hablar del TLC, es importante revisar el concepto de “tratado internacional”, que según algunas fuentes, “es un instrumento jurídico escrito, firmado a partir de un acuerdo de mutuo beneficio realizado mayormente entre estados”. Ningún país hace tratados que no le van a beneficiar, en si es un contrato donde las partes ganan algo así como también pierden. Entonces es importante revisar con cuidado los beneficios y lo que cedería el Perú, así como conocer los beneficios y lo que cedería a favor nuestro el pueblo norteamericano.

Aunque según la mayoría de opositores al TLC, este tratado nos traerá más consecuencias que beneficios, pues según ellos permitirá hacer más ricos a los ricos y excluirá más a los peruanos pobres, aparte que desaparecería completamente a algunos sectores como el agro y cierto sector de la industria nacional. No vamos a tomar estas conclusiones como válidas, más bien vamos a revisar lo que el gobierno peruano viene difundiendo en el país como beneficios.

Lo que el gobierno difunde como logro más importante del TLC con Estados Unidos es el acceso de nuestros productos al gigantesco y consumista mercado norteamericano, también resaltan como beneficios colaterales el surgimiento del Perú como país atractivo para la inversión privada, además de la mejora del escenario nacional para el fomento del sector empresarial.

El primer beneficio, nos ofrece solucionar el problema de la demanda de nuestros productos, aunque para que la demanda sea un problema, primero debemos tener productos que vender. Me dirán que el Perú ahora es un país exportador, con índices de crecimiento sorprendentes, y con una oferta exportable atractiva. Sin embargo lanzo algunas preguntas sueltas y hasta tontas al gobierno: ¿conocemos realmente los productos que podremos vender a los gringos?, ¿serán sólo materia prima o productos con valor agregado?, ¿estos productos serán competitivos en el mercado gringo?, ¿cuántas empresas estarán en capacidad de integrarse al TLC?,¿nuestra capacidad instalada estará en condiciones de satisfacer demanda de mercados gigantescos como el gringo?, ¿el consumidor gringo estará interesado en consumir nuestros productos?. Algo que es importante tener en cuenta, es que el hecho que exista acceso al mercado gringo no garantiza las ventas de nuestros productos, sólo nos permite ofertarlos, entonces aparte de cumplir las decenas de requisitos y estándares se deberá mejorar la calidad de nuestros productos. Lo que ofrece este beneficio es metafóricamente parecido al hecho de que un agricultor tenga acceso a un puestito en un supermercado, pero para ello haya tenido que pagar y cumplir una serie de requisitos, sin saber si sus productos le serán demandados.
Si revisamos de manera ligera los sectores productivos en los que se desempeña la mano de obra nacional, encontramos a un gran sector involucrado en el sector agrícola. Justamente he visto en entrevistas a diversos especialistas en la televisión nacional, mencionar que casi todos nuestros productos agrícolas no serán competitivos, pues es imposible competir con los productos gringos que son subsidiados por el estado norteamericano, entonces si descartamos los productos agrícolas ¿que es lo que nos queda exportar?. Nos dirán que los productos mineros, los mismo que son vendidos básicamente como materia prima, aunque estos tienen sus propias demandas internacionales por lo que el TLC, con los Estados Unidos no sería tan trascendente para ellos. Luego están una serie de productos manufacturados que sin la suficiente tecnología de transformación y la producción en alta escala resultarían intrancedentes. Entonces me viene a la mente una nueva duda, ¿qué va pasar con los miles de peruanos que de acuerdo a su actividad productiva estarán excluidos del TLC?, justo este último punto es usado por los opositores a este tratado, lo peor es que el aparato estatal tampoco se pronuncia al respecto, más bien he visto a funcionarios del gobierno aceptar ligeramente que habrá algunos sectores que no podrán beneficiarse, lo que no indican es que probablemente estos sectores se arruinen y desaparezcan.

Para el caso de la Amazonía, hemos escuchado comentarios de empresarios relacionados a productos como Camu Camu, Madera y Paiche, donde manifiestan que el problema de estos productos amazónicos no es el acceso mercado, un problema mayor es la satisfacción de las demandas internacionales. Pues todos ellos han recibido propuestas de acuerdos comerciales para cubrir exorbitantes demandas de países europeos y asiáticos, sin embargo la producción de estos productos actualmente provienen básicamente de nuestros bosques naturales. Lo que hace imposible cubrir estas demandas, intentarlo generaría extremada presión sobre nuestros recursos, haciendo insostenible la exportación de nuestros productos. Sumado a esto están problemas serios de ilegalidad, falta de integración vial, infraestructura, legislación inapropiada y la falta de tecnologías. Aunque en este último punto vale la pena mencionar lo que está haciendo el IIAP, en Paiche y Camu Camu, sin embargo el camino por recorrer aún exageradamente largo, y requerirá de mucha inversión privada y verdadera voluntad gubernamental.

El segundo beneficio nos indica que el gobierno cree que ahora que tenemos un TLC con Estados Unidos nos lloverá la inversión extranjera. Algo que no podemos negar es que en la actualidad y sin TLC, el Perú se ha convertido en unos de los países latinoamericanos más atractivos para la inversión privada, y ello a raíz del crecimiento que hemos tenido en estos últimos años. Sin embargo si sólo se fomentan el explotación de materias primas, las concesiones de recursos energéticos, y la privatización de sectores críticos, sin exigir la incorporación de valor agregado, cuidado de medio ambiente y sin incluir a la mano de obra nacional, la inversión extranjera podría resultar dañina, pues al contrario de generar desarrollo podría generar mayor exclusión social. El estado debería establecer reglas claras para no favorecer exageradamente a estos capitales y a la vez no afectar a todos los peruanos. Muchos en este punto discreparan conmigo aduciendo que el tipo de inversión que atraeremos es el de empresas interesadas en dar valor agregado a nuestros productos para exportarlos, sin embargo aquí es donde se requiere el pulso del gobierno, en el ablandamiento de la legislación, en el exterminio de la burocracia, en la generación de condiciones de infraestructura para el desarrollo de las actividades productivas (energía eléctrica barata, carreteras, puertos, aeropuertos, etc).

Si vemos ello desde la perspectiva loretana, el caso es un tanto complicado, pues nuestras condiciones para el desarrollo industrial son exageradamente limitadas, lo que es menos atrayente para la inversión privada, pues estamos prácticamente en cero, y ello causado principalmente por nuestro aislamiento geográfico. Es innegable el potencial amazónico, pero para poder convertir a Loreto en una región atractiva para el capital se tendrían que implementarse decenas de medidas legislativas y ejecutarse una serie de millonarias obras de infraestructura vial, sumada a costosas acciones para no afectar el medio ambiente y evitar problemas de índole social (para Alan García evitar a los Perros del Hortelano). El no estar preparados nos está avisando que también estaremos excluidos de este TLC, al menos que el día de mañana lea en los periódicos medidas gubernamentales que cambien la realidad actual loretana.


Para el tercer beneficio creemos que la mejora del escenario nacional para el fomento de las empresas no se deben realizar a partir de las firmas de tratados, más bien debe ser una política implícita en las gestiones de los gobiernos, pues por ejemplo la legislación actual, junto al funcionamiento de la ventanilla del estado perjudican y limitan el crecimiento de las empresas nacionales. Sin embargo el gobierno viene anunciando una serie de modificaciones, incluso ya anunció la creación del Ministerio del Medio Ambiente. Sin embargo faltaran resolver problemas estructurales en el funcionamiento del sector empresarial, por otro lado se habrá preguntado el gobierno ¿Cuánto le costaría a cada empresa cumplir los requisitos? Y con esto ¿Si es que los empresarios peruanos están dispuestos y en capacidad de invertir su capital para cubrir esos requisitos?. Y esto debe tratarse con mucho cuidado pues quien sabe que hasta podrían desaparecer las pocas empresas que tenemos.


En Loreto y toda la Amazonía, hasta ahora INRENA y los gobiernos regionales no abordan con seriedad los problemas surgidos de la implementación del Proceso de Concesiones Forestales. Ahora que viene la implementación del TLC, no me quiero imaginar el sancochado que se generará, pues para que nuestros concesionarios puedan exportar madera a Estados Unidos será necesario que manejen los bosques, y es bien conocido que casi todos los actuales concesionarios no tienten la capacidad financiera para ello. Pues aunque algunos nos hagamos los ciegos, el sector maderero de Loreto es un caos, caos que perjudica a nuestro medio ambiente y a nuestra población rural. Es increíble que sigan existiendo en Loreto, modalidades de explotación de recursos humanos de la época del caucho. Pero las condiciones empresariales en las que se desarrolla la actividad impulsan ello, pues la única actividad maderera que es rentable es la que se relaciona con la tala ilegal, hasta ahora no se ha encontrado la formula para que el manejo forestal sea rentable. ¿se imaginan lo que pasaría si se tratara de exigir que todos los concesionarios manejen el bosque?, es indudable que serían muy pocos los que podrían intentarlo, creemos que por ello en el futuro surgirán un sinnúmero de desordenes sociales. Y se hará difícil la función de sector gubernamental pues a veces parece más simple la anulación del proceso actual de concesiones forestales, un proceso que a voz baja todos sabemos que es un fracaso.

Ahora nos preguntaremos ¿qué espera ganar Estados Unidos firmando este TLC?, y surgen un millón de especulaciones. Sin embargo voy a citar algunos como por ejemplo lo que leí hace unas semanas en Internet, donde mencionan que el TLC sería una respuesta estratégica de Estados Unidos, a la prospectiva comercial expansionista de China; también se indica que buscan asegurar la accesibilidad a la explotación de meterías primas y energía peruanas (en plena época de escasez mundial); otros mencionan que es un paso adelante para facilitar la ocupación norteamericana de cara a la implementación del Plan Colombia; los más especuladores indican que es parte de una estrategia para apoderarse de los recursos de agua y biodiversidad de la amazonía, y dentro de ello las patentes de diversos productos de origen amazónico. Aunque hay un buen sector de optimistas en extremo creen que es por pura filantropía, por pura buena voluntad con un país hermano latinoamericano y necesitado como el Perú, en verdad hay que tener mucho cuidado, y nos gustaría que se difunda libremente y en castellano el contenido del tratado. Algo que no puedo negar es que hasta ahora no tengo claro, cuál es beneficio para los gringos, pues para que los legisladores norteamericanos hayan aprobado el tratado, debieron estar seguros de que era beneficioso para ellos.

Por otro lado despierta cierta suspicacia el hecho de que a los norteamericanos les interese firmar TLCs individuales con los países andinos, pues ahora este tipo de acuerdos se realizan en bloques continentales. Otra cosa que me llama la atención, es el hecho que Brasil no tenga TLC con Estados Unidos, siendo este un país más tecnificado que el Perú, y con una infinidad de productos con necesidad de mercados. Quien sabe si los norteamericanos miran a los brasileños como futuros rivales comerciales.

Ya que hablamos nuestros vecinos brasileros, desde la óptica Loretana, hubiera sido interesante trabajar un tratado comercial con ellos antes que con los norteamericanos. Incluso habría sido interesante analizar y replicar la experiencia del estado brasilero de Amazonas, cuya capital es la otrora hermana cauchera de Iquitos, me estoy refiriendo a la caliente Manaus, también ubicada a orillas del río Amazonas. Donde desde los 60 existe una Zona Franca, que desde hace unos 10 años viene convirtiendo a este estado entre los más prósperos del Brasil, y todo ello en plena Amazonía, siendo producto ello del trabajo a largo plazo, algo nunca entendido en el Perú. En Manaus hay más de medio millón de personas viviendo de la industria, ha crecido en población el triple que Iquitos en los últimos 20 años, y en él operan más de 500 industrias donde existen plantas de empresas internacionales como Honda, SamSung, Gillete, Nokia y la misma Harley Davidson (tiene en Manaos su única planta en el mundo fuera de Estados Unidos). Aunque hasta ahora no han podido superar problemas de presión del medio ambiente, presión social y los problemas de accesibilidad y comunicación vial para las distribución de los productos.

No puedo negar la importancia de la oportunidad que se abre para el Perú con la implementación del TLC, sin embargo el gobierno debería ser más transparente a la hora de explicar los beneficios y desventajas que acarreará. Aunque yo no haya leído el documento del tratado, espero que nuestros negociadores hayan cuidado los intereses nacionales, pues en tratados internacionales la estadística no favorece a nuestros gobiernos, por las graves metidas de pata del pasado, que incluso causaron la perdida miles de kilómetros de territorio nacional, pues somos un país desmembrado a partir de los fracasos de nuestra política internacional, y hasta en las políticas de las privatizaciones y concesiones quedamos mal parados, sino pregúntenle a Telefónica que nos hace pagar una de las tarifas de telefonía más caras de Latinoamérica a cambio de un servicio pésimo. Esperamos que el TLC beneficie realmente a nuestro país, aunque estamos seguros que si no se toman las decisiones apropiadas la cura planteada puede ser peor que la enfermedad.

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