Wednesday, September 09, 2009

La confirmación de una boda hipócrita

Por: El Loro Viejo

Una reunión solo para la foto, mismo esos matrimonios convenidos y arreglados, para evitar el que dirán. Una reunión para la instantánea hipócrita, pero que no deja nada de nada para la posteridad.

Y pensar que muchos de los invitados a la mesa de dialogo con el premier, también se comportaron como aquellos convidados a esas bodas donde el compromiso de lealtad, es raquítico comparado con la comilona y la francachela. Unos perfectos comodones, que lo único que quieren, no es la felicidad de sus prójimos. No, que va, solo les motiva el atracón que van a disfrutar.

Y bueno pues, así, las veces que quiera puede venir el premier, como ya lo hicieron otros, porque jamás les fregaremos la vida (en el mejor sentido de la palabra) porque nuestros intereses son personales, partidarios y convenidos.

Cuan feliz, como sus antecesores, debe estar Javier Velásquez Quesquén. Yo diría que casi se fue ‘cagándose’ de la risa por el faenón que se dio ante tantos disparates que fungieron de voceros del pueblo. Ni autoridades, ni dirigentes. Todos forman parte del circo, no como domadores, sino como payasos, bufones de carpas de mala muerte.

Es que cada quién se mando con lo suyo. Cada quién dijo lo que le vino en gana. Todos sólo querían llevar agua a su molino. Y nosotros, el pueblo. Nos quedamos una vez más sentados en la misma malva ‘chapeada’ de siempre.

Yo creo que inmediatamente hay que solicitar que las autoridades y dirigentes del sur del país, nos manden la uña del dedo meñique de sus pie derecho, para hacer un te y darles a todos estos incapaces que nos gobiernan y dirigen.

Digo esto, porque son los de esas regiones del Perú, los que les cuadran y siempre le arrancan al centralismo atención concreta y beneficios para sus pueblos, sin tanta vaina de por medio y sin estar como convidaditos huachafos del matrimonio interesado.

Pero para esto hay que tener en cuenta, y por eso el te de uñitas sureñas, se debe trabajar y pensar en unidad. Ellos, los del sur, dejan de lado sus diferencias legítimas, sus intereses políticos partidarios validos, para trabajar y presentar al ejecutivo un pliego de demandas, real, serio y concreto. Sin mucho chamullo, sin mucho verbo.

Entonces así, ustedes creen que el premier iría a pasearse, a ponerlos en la mecedora y cantarles el bolero de siempre. No. Un pueblo unido no solo es, no vencido. Tampoco es adormecido.

Lo único concreto, al final, fue la confirmación del matrimonio convenido. Esa boda interesada e hipócrita entre el gobierno aprista y el Gorel. Una vez más el dinero compra corazones y conciencias.

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